sábado, enero 26, 2008

Nosotras que no somos como las demás

"Lo peor es lo que no se puede decir. Si no le pones nombre a tus demonios nunca sabrás cómo combatirlos"
"Cada deseo, todo deseo, conecta con el pasado:
los placeres son ecos"
Lucía Etxebarria


Hola. Hace un par de días terminé de leer el libro Nosotras que no somos como las demás de Lucía Etxebarria, su tercera novela o considerémosle como tal, ya que se compone de 16 capítulos y algunos, en un principio, no tenían nada que ver entre sí. La estructura es muy interesante, los capítulos abarcan desde apenas un poco más de una hoja hasta lo que se puede considerar una nouvelle (es decir, muy largo para ser cuento y muy corto para ser novela). Es precisamente este capítulo mi favorito.

Es la historia de cuatro mujeres que a pesar de sus diferentes pasados, personalidades y vidas, comparten algo en común, la soledad y el que frecuentan los mismos lugares como para coindir. Esta soledad sin embargo no esta referida a mujeres mediocres, carentes de pasión o de un pasado plano. Estas mujeres viven solas porque a costa de lo que tenía que ser han preferido su dignidad, su consuelo o su salud. O de otra manera, no encajan del todo en una sociedad que acepta teoricamente pero no en la práctica los nuevos roles femeninos, y que se aferra a etiquetar a las personas (y principalmente a las mujeres) a través de estigmas para dividirlas.

Cada capítulo muestra diferentes facetas y situaciones de las protagonistas, a cada capítulo se va entendiendo un poco más el carácter de cada una, el por qué de sus reacciones, qué miedo, cuál angustia. Así, tenemos a una Raquel anímicamente destrozada, luego a una mujer que es detenida robando cintas pornográficas y luego otra que le invita una copa a la chica a la cual le bajó (como se dice normalmente) el novio de años.

El agua, el mar, las piscinas. La pérdida de los seres queridos. El abandono. Las otras mujeres, las normalitas, las correctas, las que se conforman con una vida sin mayor intensidad. El pasado. El placer. La autonomía hacía la familia. Las relaciones de poder. El amor. Son elementos recurrentes en la escritura de Lucía. Al final, la novela deja abierta la vida de las protagonistas, los ciclos no se cierran como en la vida.